jueves, 8 de enero de 2015

Bye Bye London. See you soon !

Último día en Londres, que hemos intentado aprovechar al máximo, aunque ya se sabe que los días de 'maleta' son un poco raros. Hemos optado por quedarnos en el barrio, y no desplazarnos lejos, para controlar los tiempos.

Tras desayunar, encajar todo en el equipaje y dejarlo en consigna, hemos iniciado la jornada visitando el Victoria & Albert Museum. Se trata de un museo atípico, ya que no está centrado en algo en concreto. Tiene objetos, por llamarlo de alguna manera, de todas las partes y culturas del mundo, de todas las épocas... más de 4 millones de cosas distribuidas en un edificio victoriano, para los que haría falta casi toda una vida si se quiere ver con detalle. Tiene más cuadros que la National Gallery !






Por supuesto no queríamos verlo todo, sino hacernos una idea, así que nos hemos organizado para ver las obras maestras, los tesoros que alberga, pasando por alto con total seguridad, muchas otras obras dignas de mención, pero es que es imposible abarcarlo todo. Tapices rafaelinos, cuadernos de Leonardo, objetos asiáticos, camas de reyes, vestidos de la corte, camerino de Kylie Minogue, esculturas y arte moderno...




A la vuelta de la esquina, el Royal Albert Hall, de estructura circular, con una cúpula de hierro y cristal, y un friso que rodea el edificio. Sede de grandes espectáculos de música clásica y de otro tipo, incluso aquí se han celebrado partidos de tenis y baloncesto en ocasiones especiales.
Como veis, por aquí todo es 'Albert' y es que todo está dedicado a la memoria de Alberto, el consorte de la reina Victoria, y que tanto hizo por las artes plásticas y la cultura en su tiempo.


Al otro lado, Hyde Park, por donde hemos paseado para llegar a Kensignton Palace y sus jardines. Militares marchando, niños jugando (curioso cómo les ponen a todos un peto fluorescente para tenerles controlados en todo momento). 

Este paseo ha sido el punto final a una semana en la que hemos podido vivir Londres como a nosotros nos gusta: con calma, con paciencia, pudiendo detenernos en aquellos detalles que, viajando de otra forma, sería imposible detenerse. Pretender abarcar una ciudad tan grande es casi misión imposible y, como no puede ser de otra manera, requiere cierta planificación. Pero ello no es impedimento para poder disfrutar de cada momento, de cada café, tienda, museo, edificio, paisaje...

Gracias por haber seguido nuestros pasos, una vez más, y esperamos poder contaros nuestra siguiente aventura muy pronto... ¿alguien quiere adivinar cuál será nuestro próximo destino?

Susana & Roberto

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